sábado, 8 de marzo de 2014

El Abogado de Empresa

Leo en el diario Expansión, "El abogado de empresa copa el mercado legal de fichajes". Más abajo refiero el link.

Durante años he sido abogado que ahora se denomina "in house", o lo que es lo mismo, de plantilla, y mi objetivo era, en la dirección del departamento, dar cobertura a las operaciones que el consejo tomaba. Mi experiencia ha sido excelente. Mis orígenes provenían del ejercicio privado en despacho donde adquirí la base, esencial, de mi conocimiento procesal. Pero fue en empresa donde la visión se transformó. El criterio basado en la dualidad ganar/perder se fue diluyendo hasta transformarse por otros como los de rentabilidad, tiempo u oportunidad.

Efectivamente. El trabajo bajo objetivos, siendo una parte de un todo, y donde la responsabilidad se extiende hasta la viabilidad de la propia compañía, que no es otra que tu propia viabilidad, hace que la perspectiva vaya adquiriendo otra dimensión. 

Alguna de las empresas para las que trabajé, hoy son mis clientes, pero todas compartían un mismo denominandor común: la seguridad. Su forma de operar se encontraba rodeada de asesores internos, - y también externos - que analizaban las operaciones desde todos los prismas. Se realizaban reuniones, informes y análisis cruzados. El objetivo era la viabilidad y éxito de la operación, la cual sólo podía tener lugar viendo el "más allá". El conjunto de "más allás", es decir el conjunto de las operaciones de la compañía, analizados a medio y largo plazo, marcaban el futuro de empresa. 

La crisis llegó marcada por una especie de manierismo empresarial. El mercado se embriagó del éxito cortoplscista - hay quien lo llamó especulación - y el asesoramiento jurídico y fiscal cayó en desuso, o por lo más, aquel que el protocolo así lo exigía. He llegado a conocer en ciertas partes de España (no citaré lugares) a letrados que sólo habían conocido la gestión del pase por comisión, haciendo de ella un modo de vida. Lícito por supuesto, pero también sintomático, sin duda. Y es que decir "no" o "así no" no es fácil. 

No es casualidad el dato que el diario Expansión nos ofrece. Arrasado buena parte del empresariado y tomada conciencia por aquel renovado, nacido y superviviente, la figura del abogado "in house" renace en demanda, pues a la vista de la experiencia, se vuelve a mirar al futuro, y esté sólo llega si en el presente se hacen bien las cosas, por lo menos, con cuidado. 

Creamos M+A4 desde nuestra experiencia "in house", porque  entendemos que un correcto asesoramiento es parte fundamental de la actividad empresarial cara al futuro, y que la mejor manera de hacerlo es con la implicación de compartir los proyectos de nuestros clientes. Porque su éxito, sin duda, también es el nuestro. 


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